El Harpagofito es una planta rastrera y perenne que vive más de dos años. Originaria del sur de áfrica crece en estado salvaje en el desierto de Kalahari y las regiones que lo rodean. Los aborígenes desde hace cientos de años, han recurrido al harpagofito para curar sus dolores y aprovechar su intensa propiedad antiinflamatoria, facilitar las digestiones, reducir la fiebre y aliviar los dolores del parto y actualmente también.
Fue introducida en Europa en 1960, y sus raíces se utilizaban para el tratamiento de la artritis, la fiebre y problemas respiratorios. Su nombre científico es Harpagophytum procumbens, pero vulgarmente se la conoce como Garra del Diablo, por ser sus frutos cápsulas leñosas recubiertas de espinas ganchudas y aceradas que le permiten adherirse y trepar.
Tiene raíces secundarias, que son unos tubérculos con pulpa blanco-amarillenta y buscan en la profundidad del suelo la escasa humedad.
De estas raíces brotan otras primarias, finas y alargadas, de sabor amargo.
Propiedades terapéuticas del harpagofito
Esta planta tiene una serie de componentes químicos (aceite esencial, azúcares, aminoácidos, esteroides y otros) que la transforman en una fuente para aliviar los procesos inflamatorios del reuma aplicando el extracto de la planta como tintura o compresa.
Los principios activos del harpagofito se encuentran en la raíz secundaria tuberosa (harpagophyti radix), cortada y desecada.
El más importante es el Iridoides que inhibe la síntesis de prostaglandinas, hormonas causantes del dolor y reducen la permeabilidad celular, disminuyendo la inflamación de forma general.
El Betasistosterol inhibe la enzima encargada de fabricar prostaglandinas (prostaglandinsintetasa). Esto significa que junto a los iridoides, tiene lugar una potenciación de la actividad antinflamatoria y analgésica.
También produce un efecto orexígeno (es decir, estimulante del apetito).
Al harpagofito se le atribuye poder colerético (sustancia con capacidad para aumentar la secreción hepática de bilis) y, además, actuar como un analgésico.
Según datos obtenidos por vía experimental parece ser que reduce el nivel de colesterol y de ácido úrico, aunque todavía no puede explicarse esa acción.
Su uso permite sustituir o reducir la dosis de corticoides, fenilbutazonas y otros antirreumáticos, habitualmente prescritos en todas las enfermedades reumáticas.
Diversos estudios clínicos muestran la efectividad de la droga y de sus diferentes extractos en el tratamiento de los dolores relacionados con la artrosis, osteoartritis, fibromialgia, lumbalgia crónica y otras afecciones osteoarticulares de origen reumático o no reumático.
Modo de empleo: La decocción es la forma más tolerada, aunque hay personas a las que su sabor les provoca náuseas y vómitos. Se debe tomar 1 cucharada sopera por taza de agua, se deja reposar toda la noche y se toma filtrado al día siguiente frío y sin endulzar, 2 tazas por día. Si no es soportable su sabor, puede tomarse en comprimidos, a razón de 4-6 comprimidos de 500 mg repartidos en el día.
Efectos secundarios del harpagofito
En general la Garra del Diablo es una hierba bien tolerada, aunque en algunos casos puede producir dolor de cabeza, zumbido en oídos e intolerancia gástrica.
No es conveniente administrar harpagofito en mujeres embarazadas ya que puede estimular contracciones del útero por su actividad oxitócica.
Asimismo en personas con problemas de colon irritable, úlcera gástrica o trastornos vesiculares.
Produce un ligero efecto laxante al inicio del tratamiento que desaparece espontáneamente. Tampoco debe administrarse si se están tomando antidiabéticos por vía oral, porque posee sustancias con actividad insulínica. Se recomienda precaución para pacientes con diabetes.
El Harpagofito puede ocasionar cambios en la velocidad e intensidad de los latidos cardíacos. Puede incrementar el riesgo de sangrado en quienes deban someterse a algún tipo de cirugía.
